Nuestro Sol es una estrella

Nuestro Sol es una estrella, como los cientos que vemos por la noche, solo que está mucho, mucho más cerca. ¡Es una enorme bola de gases calientes, dinámicos e impredecibles supercargados llamados plasma!
El Sol, íntegro por la fuerza de su propia gravedad, produce la luz y el calor que hacen posible la vida en nuestro planeta. La luz de nuestro Sol es sorprendentemente constante, teniendo en cuenta que el Sol en sí siempre está cambiando. El plasma del Sol está en constante movimiento, generando áreas de potentes fuerzas llamadas campos magnéticos. Estos campos hacen que el plasma se enrede, se estire y se tuerza, produciendo resultados impresionantes como prominencias solares, fulguraciones y eyecciones de masa coronal.

La superficie del Sol está en constante movimiento. Podrás ver parte de esta espectacular actividad solar durante la próxima temporada de eclipses porque el Sol entrará en su momento más activo entre 2023 y 2025. (NASA/LMSAL)
El Sol es como una cebolla: tiene capas.
Aunque el Sol no tiene una superficie sólida como la Tierra, tiene seis capas, cada una con una densidad diferente de plasma. Hay tres capas internas, donde se generan y circulan la luz solar y la energía: el núcleo, donde se genera la energía por reacciones nucleares; la zona radiativa, donde la energía viaja hacia afuera por radiación; y la zona de convección, donde las corrientes calientes hacen circular la energía del Sol hacia la superficie. También hay tres capas exteriores, donde hay mucha actividad impresionante: la fotosfera, la superficie “visible” del Sol; la cromosfera, un área turbulenta de gran actividad; y la corona, la atmósfera tenue exterior.
Normalmente, la fotosfera es la única capa visible , pero durante un eclipse total, la cromosfera y la corona se tornan visibles.

La fotosfera
La fotosfera es lo que se ve cuando se mira al Sol. (¡Utiliza siempre “anteojos para eclipses” para mirar el Sol!) La fotosfera es la superficie visible del Sol, no una superficie sólida como en los planetas. Cuando ves imágenes de un telescopio llamadas “imágenes de luz blanca”, estás mirando la fotosfera.
Aquí se forman y disuelven repetidamente campos magnéticos fuertes que liberan energía y agitan el plasma en la siguiente capa, la cromosfera.

IZQUIERDA: Imagen del Sol utilizando un filtro de luz blanca en un telescopio. Puedes ver una imagen similar si miras el Sol con anteojos para eclipses. Si miras con atención, es posible que puedas ver manchas solares oscuras. (Consulta a continuación para obtener más información sobre las manchas solares.)
DERECHA: El Sol fotografiado con luz blanca (color verdadero).
La cromosfera
Entre la fotosfera visible y la corona se encuentra la preciosa cromosfera. Los campos magnéticos salvajes formados en la fotosfera se extienden a través de la cromosfera, creando erupciones y tormentas, prominencias y fulguraciones.
Por lo general, esta capa solo puede observarse utilizando un telescopio con un filtro especial (llamado H-alfa) que filtra la luz brillante procedente de la fotosfera. La excepción es durante un eclipse solar total, cuando la luna cubre la fotosfera y los bordes de la cromosfera pueden verse como un borde rosa carmesí alrededor de la luna.

IZQUIERDA: Cuando ves una imagen H-alfa del Sol, como esta, estás mirando la cromosfera. Este filtro revela detalles del movimiento turbulento del Sol. El filtro H-alpha hace que la cromosfera parezca amarilla, en lugar del rosa carmesí brillante que vemos a simple vista.
DERECHA: La cromosfera, visible durante un eclipse, aparece rosa oscuro o carmesí a simple vista.
La corona
La corona es la capa más externa del Sol. Al igual que la cromosfera, la corona no se puede ver a simple vista excepto durante un eclipse total; la luz de la fotosfera la supera. El plasma de la corona es mucho menos denso que en otras capas, lo que le da la hermosa delicadeza que vemos durante un eclipse.

Imágenes de la corona durante los eclipses solares totales en 2006 y 2017. La corona tiene un aspecto diferente en cada ocasión, dependiendo de lo activo que esté el Sol. En momentos de menor actividad, la corona tiende a tener una estructura simple que irradia desde el ecuador del astro. En épocas de mayor actividad, la corona tiende a ser más compleja, irradiando de forma caótica desde todas las partes del Sol. (Fred Espenak)
La corona está lejos de la superficie del Sol, pero es cientos de veces más caliente por razones que no entendemos (normalmente las cosas se enfrían a medida que se alejan de una fuente de calor). Para ayudar a resolver el misterio, la NASA envió a la nave espacial Parker Solar Probe para que investigara. El 28 de abril de 2021, la sonda pasó por la corona varias veces, convirtiéndose en el primer objeto artificial que haya “tocado el Sol”. Los científicos están esperando con entusiasmo más datos, pero el análisis preliminar les lleva a deducir que el calor adicional tiene algo que ver con la interacción de los campos magnéticos.
La corona se extiende hasta el espacio y, de ella, viene el viento solar, un flujo constante de partículas que viaja a través de nuestro sistema solar y más allá. Estas partículas chocan contra la atmósfera terrestre, y crean hermosas auroras, pero también pueden causar algunos daños en nuestro planeta.

Los filtros especiales permiten a los científicos medir diferentes temperaturas en la corona durante los eclipses solares totales, como este visto en Mitchell, Oregón, el 21 de agosto de 2017. La luz roja indica áreas que solo están la mitad de calientes que las de color verde. (Miloslav Druckmüller)
Características visibles de la superficie en el Sol (que puedes ver durante un eclipse)
Manchas solares
Las manchas solares aparecen como manchas oscuras en la superficie del Sol. Son lugares de gran actividad magnética, lo que los hace más fríos que las áreas que los rodean y les da un aspecto más oscuro. Una mancha solar promedio tiene aproximadamente el mismo tamaño que la Tierra y puede durar desde un día hasta muchas semanas.
Las manchas solares se filmaron cerca del máximo solar en 2014. Las pequeñas regiones oscuras son las manchas solares: áreas más frías que la superficie del Sol pero muy activas. (Estudio de visualización científica de la NASA)

Esta gran imagen de campo de visión de las manchas solares en la región activa 10030 se observó el 15 de julio de 2002. (Academia Real Sueca de Ciencias/Instituto de Física Solar)
El número de manchas solares en un momento dado varía de forma cíclica, lo que llamamos ciclo de manchas solares o ciclo solar. La duración del ciclo es de once años promedio, aunque ha variado de nueve años hasta catorce años. En el transcurso de cada ciclo, el Sol pasa de relativamente tranquilo a activo y tormentoso, y luego vuelve a estar tranquilo. Los períodos de baja actividad se denominan mínimo solar. Cuando la actividad de las manchas solares alcanza su punto máximo con docenas de manchas solares, se denomina máximo solar. Cada ciclo se cuenta de un mínimo solar al siguiente. El último mínimo solar fue en 2019, que lanzó nuestro ciclo solar número 25, el actual.
Se prevé que el siguiente máximo solar ocurrirá entre 2023 y 2025. Eso significa que ¡deberá haber mucha actividad en el Sol durante los próximos eclipses!

Las imágenes del Observatorio de Dinámica Solar de la NASA resaltan la apariencia del Sol durante el mínimo solar (izquierda, diciembre de 2019) comparado con el máximo solar (derecha, abril de 2014). (NASA)
Prominencias
Una prominencia solar es un bucle gigante de plasma que se extiende desde la fotosfera, a través de la cromosfera, hasta la corona. Es un fenómeno impresionante, que brilla intensamente sobre el fondo negro del espacio. Al igual que con otros fenómenos solares, las prominencias están formadas por el complejo campo magnético del Sol y están en movimiento constante, produciendo lazos, torsiones y arcos llamativos. Las prominencias son enormes, pero mantienen cada lado del bucle firmemente anclado al Sol. Generalmente se forman a lo largo de un día, pero pueden durar varios meses.

Una prominencia eruptiva solar como se ve en la luz ultravioleta extrema, del 30 de marzo de 2010, con la Tierra superpuesta para dar un sentido de escala. (NASA/SDO)
Durante un eclipse solar total, cuando la luna cubra completamente el Sol, podrás ver las prominencias con tus ojos a simple vista. Las prominencias aparecen en rosa carmesí a lo largo de los bordes del Sol. ¡Pero recuerda que las prominencias suceden todo el tiempo! Normalmente, ocultas de nuestra vista por la luz abrumadora de la fotosfera, solo se pueden ver con un telescopio sofisticado. La forma más fácil de verlas es en línea a través de un telescopio espacial, como el Observatorio de Dinámica solar de la NASA, que publica imágenes del Sol todos los días.

Prominencias visibles durante un eclipse. (Luc Viatour)
Fulguraciones solares
Una fulguración solar es una explosión en la superficie del Sol. Las fulguraciones duran de minutos a horas y se producen cerca de las manchas solares, donde los campos magnéticos acumulan una enorme cantidad de tensión y explotan para realinearse (un fenómeno llamado reconexión magnética). La explosión es un estallido gigante de energía que viaja a la velocidad de la luz en todas las direcciones, tardando ocho minutos en llegar a la Tierra. Las fulguraciones pueden dañar los sistemas de comunicación en la Tierra, como lo hicieron el 6 de julio de 2012, cuando una fulguración causó un apagón de radio. El número de fulguraciones depende del ciclo de 11 años del Sol, y oscila entre varios al día durante el máximo solar a uno por semana durante el mínimo solar.
El 19 de julio de 2012, el Sol emitió una fulguración solar moderada. (NASA/GSFC/SDO)
Eyecciones de masa coronal
De vez en cuando, se produce una liberación repentina y violenta de energía y plasma de la corona del Sol, lo que provoca una explosión gigantesca llamada eyección de masa coronal (coronal mass ejection, CME por sus siglas en inglés). Causado por la torsión y realineación de las fuerzas magnéticas, una CME es como un cañonazo de mil millones de toneladas de materia que atraviesan el espacio en una sola dirección. Viajando a más de un millón de millas por hora, el plasma caliente tarda hasta tres días en llegar a la Tierra.
Si la CME apunta hacia la Tierra, puede dañar los satélites y nuestra red eléctrica. Las CME también crean las hermosas auroras que vemos en la Tierra.
Este vídeo muestra la eyección desde una variedad de puntos de vista capturados en conjunto por el Observatorio de Dinámica Solar (Solar Dynamics Observatory, SDO por sus siglas en inglés) de la NASA, el Observatorio de Relaciones Terrestres y Solares (Solar Terrestrial Relations Observatory, STEREO por sus siglas en inglés) de la NASA y el Observatorio Heliosférico Solar (Solar Heliospheric Observatory, SOHO por sus siglas en inglés) de la ESA/NASA.
Datos divertidos sobre el Sol
- Es una estrella de tipo G, o “enano amarillo”.
- Se estima que tiene 4.600 millones de años.
- Su gravedad es lo que mantiene unido el sistema solar.
- Contiene el 99.86 % de toda la masa del sistema solar.
- La luz del Sol tarda unos ocho minutos en llegar a la Tierra, así que cuando miras al Sol (¡con la protección ocular adecuada!), ves cómo era el Sol hace ocho minutos.
- El Sol gira en sentido antihorario cada 26 días.
- Nuestro Sol está a unos 93 millones de millas (150 millones de km) de distancia. La siguiente estrella más cercana está a unos 4.25 años luz o 25.5 trillones de millas (41 trillones de km) de distancia (un año luz es aproximadamente seis trillones de millas, o un seis seguido de 12 ceros).