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¿Cómo estudia la NASA el Sol?

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¿Cómo estudia la NASA el Sol?

Dado que el Sol está tan cerca, a solo ocho minutos luz, y es tan pero tan importante para la vida en la Tierra, no es sorprendente que sea objeto de una intensa observación por parte de los científicos.

 

Uno de los mayores proyectos de investigación solar es dirigido por la NASA, que ha lanzado literalmente una flotilla de más de dos docenas de naves espaciales para observar el Sol. Juntas, estas naves espaciales forman el Observatorio del Sistema de Heliofísica, parte del programa Living with a Star de la NASA. La heliofísica es el estudio del Sol, el campo magnético solar y el viento solar de las partículas que son expulsadas por el Sol. Todo esto conforma la heliosfera, que se puede considerar una burbuja gigante alrededor de todo el sistema solar que se extiende mucho más allá incluso de Plutón. La heliosfera ayuda a proteger la vida en la Tierra; actúa como un escudo contra la radiación interestelar mortal y la radiación y particular cargadas solares.

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El viento solar forma una burbuja gigante, la heliosfera, alrededor del Sol y sus planetas. (Laboratorio de imágenes conceptuales del Centro de vuelo espacial Goddard)

 

El Observatorio del Sistema de Heliofísica cuenta con 27 naves espaciales que apoyan a 20 misiones espaciales de la NASA. Algunas son satélites que orbitan la Tierra, como la nave espacial Wind, que observa el viento solar. Otras naves espaciales, como la Voyager 2, están estudiando el Sol desde el espacio profundo, mucho más allá de la órbita terrestre. Y una, la Sonda Solar Parker, se dirige directamente hacia el propio Sol.

La Sonda Solar Parker se lanzó en 2018 y es el primer objeto fabricado por seres humanos que ha “tocado” el Sol y su atmósfera más externa, la corona. En su vuelo de reconocimiento más cercano hasta el momento, el 11 de diciembre de 2022, quedó a 5.3 millones de millas de la superficie del Sol. Eso es aún más cerca que la órbita de Mercurio, el planeta más cercano al Sol del sistema solar.

Las condiciones tan cerca del Sol son extremas: las temperaturas pueden alcanzar los 2500 grados Fahrenheit (la temperatura a la que se funde el hierro) y hay un bombardeo constante por partículas atómicas cargadas. Para soportar el calor, la sonda, que tiene aproximadamente el tamaño de un automóvil, está protegida por un blindaje de compuesto de carbono de 4.5 pulgadas de espesor que logra mantener los instrumentos a temperatura ambiente en la Tierra.

La sonda utiliza el escudo térmico para crear su propio “mini eclipse solar”. El escudo bloquea la mayor parte de la luz del Sol, como lo hace la luna durante un eclipse solar, lo que permite que un telescopio a bordo asome por encima del borde del escudo térmico para observar de cerca la corona solar.

 

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El sistema de protección térmica se conecta a la estructura soldada a medida de la Sonda Solar Parker en seis puntos, para minimizar la conducción del calor. (NASA/Johns Hopkins APL/Ed Whitman)

 

Mientras tanto, otros instrumentos analizan constantemente el Sol. Por ejemplo, dos analizadores electrostáticos integrados miden las partículas que arrastra el viento solar. El viento solar, aunque invisible a simple vista, puede causar estragos aquí en la Tierra: si es demasiado fuerte, puede inactivar las redes de comunicaciones inalámbricas y los sistemas GPS, e incluso causar perturbaciones en la red eléctrica terrestre.

Junto con la Sonda Solar Parker, otras naves espaciales del Observatorio del Sistema de Heliofísica están trabajando para comprender el funcionamiento interno del Sol y cómo mantener las naves espaciales operativas incluso cuando es bombardeada por la radiación solar. Los científicos de la NASA dicen que, en su conjunto, estas misiones revolucionarán la forma en que pensamos sobre nuestra estrella más cercana.

Misiones de heliofísica de la NASA

Obtén más información sobre cómo la Dirección de Misiones Científicas de la NASA investiga el Sol con la Dra. Isabel Hawkins, astrónoma del Exploratorium.